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Amo escribir y amo vender mis libros.

El pasado sábado asistí a un congreso de escritores celebrado en Barcelona donde estuvimos compartiendo más de 30 escritores y escritoras. Cuando expresé que a mí me gusta escribir, pero también me gusta vender mis libros y ganar dinero la mayoría se echó la mano a la cabeza. Me insinuaron que yo no disfrutaba escribiendo y que ellos sí, y que a mí solo me importaba el dinero a lo que respondí: ¿ Perdona ? ¿Llevo año y medio inmersa en mi novela, escribiéndola y promocionándola, soy escritora, gabinete de prensa, comercial, llevo muchos días en que no he dormido, desgastada, con dolores en los riñones, infección de orina y es pecado que piense en ganar dinero por mi trabajo? Desde que supe que las editoriales pagan entre el 2% y el 5% de comisión si eres un escritor novel y las distribuidoras se quedan entre un 50 y un 60 % decidí que yo sería “Juan palomo” yo me lo guiso y yo me lo como. Obvio, esta decisión ha supuesto muchísimo sacrificio, pero he preferido eso y
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CAPÍTULO 1 - LA SANGRE QUE LE QUITÓ LA INOCENCIA All í estaba, contra las rejas, sabía que la podían asesinar. El bebé que llevaba en el interior de su vientre empezó a moverse. Tenía frente a sus ojos un cuchillo viejo y oxidado que, con la mano derecha, esgrimía un interno; aquel hombre había sido herido recientemente en el calabozo y se encontraba chorreando sangre de la cabeza. Sudoroso, sin camisa, con un pantalón corto y deshilachado, descalzo y escupiendo saliva ensangrentada, la amenazaba. Karla respiraba cada vez más rápido, mientras el otro recluso se cubría detrás de la joven, agarrándola por la cintura. Las crudas paredes grises, abandonadas y húmedas, y los barrotes despintados, que dejaban asomar el frío metal y el óxido que los corroía, le parecieron más amenazadores que nunca. La escasa luz y los golpes en el suelo agrietado y envejecido por el paso del tiempo, además de los gritos de los demás internos, alertaron a todo el penal. —¡ Sal í , hijueputa !

Los funcionarios de prisiones existen.

Los funcionarios de prisiones existen. Conforme me adentro en las prisiones españolas para presentar mi libro " La joven funcionaria de prisiones " descubro que lamentablemente el ser “funcionario de prisiones” no es una profesión bien valorada ni por el estado ni por la comunidad en general. Porqué afirmo esto?  Cómo ex funcionaria conocí de primera mano el riesgo de estar dentro de una prisión, la comunidad solo conoce la policía,  los agentes de tránsito, la guardia civil o los mossos de escuadra en Catalunya , pero y que sucede cuando los delincuentes son apresados?  Nadie se pregunta esto? Quien los cuida? quien les da cursos, terapias o tratamiento para que estas personas se re socialicen y vuelvan a la sociedad convertidos en "buenas personas" . Ahora bien esas personas que se interesan en hacer ese trabajo tan arduo y de tanto riesgo están bien pagados? ¿El estado les brinda el apoyo con las herramientas necesarias como uniformes, zapatos,